La Universidad de Sevilla celebra su 519º aniversario en su primera sede, la Capilla de Santa María de Jesús

El rector realiza una ofrenda floral en la tumba de Maese Rodrigo que hizo un “esfuerzo titánico” para fundar la US

La Universidad de Sevilla ha celebrado la conmemoración del 519º aniversario en la Capilla de Santa María de Jesús, primera sede de la institución. El rector, Miguel Ángel Castro, acompañado de su equipo de gobierno y de representantes de la Dirección de Patrimonio de la US, ha realizado una ofrenda floral en la sepultura del fundador de la Universidad, Rodrigo Fernández de Santaella, como homenaje a su figura.

De Maese Rodrigo, ha destacado Castro el “esfuerzo titánico” y la “visión” que tenía, para entender “la necesidad de fundar una universidad en una ciudad que carecía de ella”. Santaella se había formado en el Colegio de los españoles de Bolonia y trajo a la ciudad el humanismo y el conocimiento que ensanchaba miradas y abría nuevos horizontes del saber.  

Durante el acto, ha estado expuesta presidiendo la capilla la bula del Papa Julio II, que un 12 de julio de 1505 autorizó la creación del Colegio-Universidad de Maese Rodrigo y a impartir los estudios de Artes, Lógica, Teología, Filosofía y Derecho. De este colegio solo se conserva la capilla, ya que el resto fue demolido hacia 1920, con motivo de las obras del ensanche que dio lugar a lo que hoy es la avenida de la Constitución. 

En 1520, once años después de la muerte de Maese Rodrigo, sin haber podido ver completado en su totalidad el sueño de un colegio-universidad para estudiantes pobres, se terminó precisamente este retablo que decoró la capilla, pintado por Alejo Fernández. En su tabla central, a los pies de la Virgen de la Antigua, está retratado Rodrigo Fernández de Santaella con la maqueta del colegio fundado en sus manos. 

Intentos frustrados

Atrás quedaron una historia de intentos frustrados de fundar una universidad, desde que en 1254 el rey Alfonso X hubiese dado un privilegio para crear estudios generales de latín y arábigo, un precedente de Estudio General, que quedó en Estudio Particular y desapareció por falta de financiación y apoyo. 

Tampoco prosperarían los esfuerzos tibios de la corona o de instituciones religiosas por conseguir que Sevilla tuviese estudios generales, es decir, una universidad. Fue Rodrigo Fernández de Santaella, de condición humilde, erudito, humanista, labrado desde muy pequeño en el trabajo, la sabiduría y la entrega, en lo que fue luego una impecable carrera de honores, quien consiguió lograr la fundación de este colegio-universidad desde su empeño personal, desde el convencimiento de la necesidad de que una Sevilla, capital americana, tuviese un espacio de formación superior en un mundo que abría sus límites físicos desde 1492 y ampliaba las bases del conocimiento con la revolución en los saberes humanísticos del Renacimiento.

Historia de la US

En sus quinientos años de historia desde su fundación como Colegio de Santa María de Jesús a comienzos del siglo XVI, la Universidad de Sevilla ha atravesado diferentes etapas. En ellas hay momentos, como la crisis del siglo XIX o la Guerra Civil y posterior dictadura franquista, que han destacado por la dificultad para ejercer la docencia. No obstante, son mayores los periodos positivos de la US, en los que ha logrado posicionarse como universidad de referencia en todas sus funciones y afrontar con éxito la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior. Una fecha emblemática fue 1948, cuando la Universidad trasladó su sede a la antigua Real Fábrica de Tabacos, un magnífico edificio trazado por el ingeniero Van der Beer en el reinado de Fernando VI, que en la actualidad aloja el Rectorado y las facultades de Geografía e Historia y de Filología.

Pero el comienzo de la historia de la Universidad de Sevilla es inicio de un proyecto que está en el ADN de las señas de identidad de la US, marcadas por la docencia, la investigación, la cultura desde la que se puede y debe cambiar y transformar el mundo a través de la solidaridad, el humanismo y la libertad, un proyecto que -ha referido el rector- se hace vida cada día “con la misma entrega, el compromiso y la convicción de hacer un mundo mejor a través de la universidad”.