El catedrático de Fisiología de la Universidad de Sevilla (US), director del Centro de Investigación Biomédica de Sevilla y coordinador de Investigación del Hospital Universitario Virgen del Rocío, José López Barneo, ha aseverado en la Universidad de Jaén (UJA) que sin Ciencia “no hay ni Universidad, ni futuro”. López Barneo hizo estas declaraciones en el transcurso del discurso que pronunció, tras su investidura como Doctor Honoris Causa por la institución jiennense.
El Claustro de la Universidad de Jaén (UJA) aprobó el pasado 2 de octubre la concesión del Doctorado Honoris Causa al médico José López Barneo, una defensa que realizó el profesor del Departamento de Biología Experimental de la UJA, Francisco Luque Vázquez. El acto de investidura fue presidido por el Rector de la UJA, Juan Gómez Ortega, que estuvo acompañado por el Rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro Arroyo. Al mismo, también asistieron los miembros del Consejo de Dirección de la UJA, así como los responsables de centro de formación y de investigación de la UJA; los ex Rectores de la Universidad de Jaén, Luis Parras Guijosa y Manuel Parras Rosa, así como Antonio Pascual Acosta, Medalla de Oro de la Universidad de Jaén.
José López Barneo manifestó que la generación de conocimiento y tecnologías propias “es el carburante de una institución prodigiosa (la Universidad); a la que pedimos preserve las esencias culturales sobre las que se sustenta nuestra sociedad y a la vez exigimos que se adapte a los tiempos e incluso que lidere la creación del futuro”. Por ello, no consideró aceptable “el contraponer, como se hace a veces, las labores docente, asistencial o de gestión con la actividad investigadora. Sin Ciencia no hay ni Universidad, ni futuro”.
José López Barneo, que recibió hoy su primer reconocimiento como Doctor Honoris Causa de una universidad, hizo un recorrido emocional por su infancia en Torredonjimeno y Jaén, y aseguró que los valores que le sirvieron de guía en la juventud y en su época de formación universitaria fueron “el derecho a la educación, la igualdad y el esfuerzo. Tiempo en el que luchamos contra la injusticia social y por la consecución de las libertades básicas en España”.
En su recorrido profesional, admitió que lo más determinante para su formación profesional “fue el adquirir conocimientos sólidos de electrofisiología y biofísica de membranas y conocer las extraordinarias instituciones académicas norteamericanas”. Dichos conocimientos, propiciaron que su grupo de investigación en Sevilla fuese pionero en el montaje de las técnicas electrofisiológicas más modernas en España. Así, afirmó que, como estudiante y profesor universitario, “he luchado contra las diferencias sociales y económicas que viví tan de cerca en mi infancia y he defendido el criterio del mérito individual y la búsqueda de la excelencia”.
López Barneo hizo alusión a su investigación de la enfermedad de Parkinson, que provoca “la muerte progresiva de neuronas en diferentes áreas del sistema nervioso, sin razón inmediata aparente". En ese sentido, manifestó que “el avance en la prevención, diagnóstico y tratamiento de las mismas es uno de los retos más importantes que tiene la investigación y práctica médica del siglo XXI”. Motivados por este reto, se puso en marcha un proyecto sobre terapia celular en la enfermedad de Parkinson,” que supuso una importante reorientación metodológica y conceptual del grupo”.
En relación al Sistema Universitario Español, López Barneo abogó por abordar dos aspectos que deben recogerse en una reforma “realista y eficaz”. Por un lado, apostó por generar y potenciar “picos de excelencia” docente “y, sobre todo, científica, que nos permita ocupar un lugar en la alta competición internacional. No solo para estar bien situado en los rankings, sino para atraer inversiones y recursos externos (incluido el capital humano) del mayor nivel posible en cantidad y calidad”. Y, por otro lado, consideró necesario potenciar las relaciones entre la Universidad y el Sistema Productivo, “con sus peculiaridades y necesidades en cada territorio, y permeabilizar las relaciones entre las empresas y los departamentos universitarios”. A su juicio, es necesario que “nuestros expertos universitarios no solo generen conocimiento sino que contribuyan a la formación, desarrollo e innovación en las empresas. La Universidad debe impulsar un cambio cultural en las propias empresas y favorecer que éstas inviertan en las estructuras universitarias, para que ello redunde en el progreso económico y social con recursos e ideas propias”.
La madrina del José López Barneo fue catedrática de Biología Celular de la Universidad de Jaén, María Ángeles Peinado Herreros, que fue la encargada de pronunciar la Laudatio, de la que dijo “trata de reconocer pública y explícitamente una actitud, un compromiso y el esfuerzo de una persona extraordinaria, que cuenta con el honor de haber contribuido desde la academia y la Ciencia, a base de inteligencia, trabajo y capacidad de liderazgo, al progreso y el bienestar de la sociedad”. Por ello, glosó la trayectoria del Doctor Honoris Causa en ciernes, que situó como un “líder mundial en el campo de los mecanismos sensores de oxígeno y su papel determinante en las enfermedades cardiovasculares y pulmonares”, y destacó el “novedoso proyecto” en el que trabaja, “en el que, mediante el uso de nuevas aplicaciones de la espectroscopía de fuerza, han diseñado un péptido capaz de interferir con la estabilidad mecánica de las proteínas adhesivas de las bacterias. El propósito del trabajo es desarrollar nuevos antibióticos que actúen debilitando la adhesión de las bacterias a los tejidos y por tanto que sean más eficaces contra determinadas infecciones”.
María Ángeles Peinado añadió que, recientemente, López Barneo ha obtenido un proyecto europeo “altamente competitivo” del European Research Council. “Este tipo de proyectos están destinados exclusivamente a líderes científicos excepcionales que destacan por la originalidad y significación de sus contribuciones a la ciencia”, apuntó.
En el plano personal, la madrina subrayó, no es sólo que es “un excelente docente e investigador”, que domina “perfectamente el lenguaje de la investigación biomédica, sino que es además una persona con una gran energía y capacidad, que atrae fácilmente la confianza de cuantos se han cruzado en su camino”. En definitiva, el profesor López Barneo representa “a toda una generación de hombres y mujeres que hemos creído en la capacidad trasformadora del conocimiento y del trabajo inteligente”, apostilló Peinado.
Tras la toma de sus atributos (anillo; guantes blancos y libro de la Ciencia y de la Sabiduría) y ser nombrado Doctor Honoris Causa por la UJA, José López Barneo pronunció su discurso de ingreso en este claustro. El acto de investidura de la nueva Doctora Honoris Causa fue cerrado por el Rector de la Universidad de Jaén, que pronunció su discurso de bienvenida al Claustro.
El Rector de la UJA manifestó que con la concesión de este Doctor Honoris Causa, la institución jiennense “quiere reconocer sus extraordinarios méritos como científico y su defensa de los principios y valores inherentes a la excelencia en la generación y la transmisión del conocimiento”. Asimismo, añadió que la UJA “se ve contagiada por el prestigio de López Barneo”, uno de los investigadores más relevantes de España, en el campo de las Neurociencias, “con una trayectoria ejemplar de esfuerzo, creatividad, liderazgo, excelencia y pasión por su trabajo. Pero, además, es un científico apreciado, respetado y admirado no solo en el ámbito de su profesión, sino por el resto de la sociedad, en general”.
Gómez hizo referencia al liderazgo profesional de López Barneo. “El profesor López Barneo constituye uno de los ejemplos más evidentes de que en la universidad española se puede contribuir, al máximo nivel y con una enorme repercusión internacional, al cumplimiento de los diferentes aspectos de su misión: docencia, investigación y transferencia de conocimiento”, señaló. También, hizo alusión al liderazgo humano del profesor López Barneo, “que traspasa las fronteras de su ámbito cercano de responsabilidad y se traslada al ámbito de la emoción”.
José López Barneo, natural de Torredonjimeno, es catedrático de Fisiología de la Universidad de Sevilla, director del Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Sevilla y coordinador de Investigación del Hospital Universitario Virgen del Rocío. Es, a su vez, coordinador de la investigación en células madre de la Junta de Andalucía. Ya fue homenajeado “Natural de Jaén” en el año 2011.
Entre 1978 y 1993 realizó estancias posdoctorales en París, Filadelfia, Boston y Nueva York. Ha sido profesor visitante en la Universidad de Stanford (agosto 1990-septiembre 1991) y en la Universidad de Columbia (marzo 2016-septiembre 2016). Es desde su creación (2006) el director del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS). Sus líneas de investigación fundamentales se relacionan con las respuestas celulares a la hipoxia, la neurodegeneración y la terapia celular aplicada a la enfermedad de Parkinson. Ha sido presidente de la Sociedad Española de Neurociencias; presidente de la Sociedad Española de Terapia Génica y Celular, y el primer director del Centro Nacional de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED). Es editor de las revistas más destacadas de su especialidad (entre las que destacan Journal of Physiology Physiological Reviews, Pflügers Archiv-European Journal of Physiology, Pulmonary Circulation, Neurogenesis) y asesor de numerosas instituciones y comités nacionales e internacionales.
José López Barneo ha recibido numerosas distinciones por su labor académica, entre las que destacan: Premio Juan Carlos I de Investigación Científica y Técnica (1993), Medalla de Andalucía (1993), Premio Jaime I de Investigación (1998), Premio Maimónides de Investigación en Andalucía (2002), Premio Lilly de Investigación Básica (2003), Premio de Investigación
Javier Benjumea de la Fundación Focus-Abengoa (2006), Premio FAMA de la Universidad de Sevilla (2009), Premio Cátedra Santiago Grisolía (2010) y Medalla de la Orden del Mérito Civil de la Casa Real (2015). Es miembro de la “Academia Europaea-Physiology or Medicine” (1997) y de la “European Molecular Biology Organization” (2000). Es Académico Numerario de la Real Academia de Ciencias de Sevilla (2004) y de la Real Academia de Medicina de Sevilla (2012) y Académico Correspondiente de la Real Academia de Ciencias Exactas y Naturales (2005). En el año 2001 recibió la primera ayuda de investigación de la Fundación Juan March. Ha sido investigador de la Fundación Botín (2007-2016) e investigador principal de un “Advanced grant” del “European Research Council” (2015-2020).