Los investigadores de la Universidad de Sevilla Eduardo Fernández Camacho y Aníbal Ollero han sido seleccionados por el Consejo Europeo de Investigación (ERC) dentro de su programa de ayudas a proyectos de investigación. Las dos ayudas suman más de 5 millones de euros, que permitirán a ambos dar un impulso a sus trabajos destinados a la mejora de sistemas de control y la robótica aérea. Las subvenciones forman parte del programa de investigación e innovación de la UE Horizonte 2020.
En esta convocatoria, 2.167 proyectos de investigación aspiraban a conseguir financiación. Finalmente, el ERC ha repartido sus ayudas entre 269 investigadores, pertenecientes a universidades y centros de investigación de 20 países. De ellos, solo 18 son españoles.
Las dos ayudas concedidas a representantes de la Universidad de Sevilla se encuadran bajo la denominación Advanced Grants, el más alto de los tres niveles en que se dividen las subvenciones del ERC. Este tipo de ayudas están destinadas a investigadores principales consolidados que cuenten con logros significativos en su campo durante los últimos diez años.
El proyecto dirigido por el profesor Eduardo Fernández Camacho plantea integrar sensores móviles colocados sobre vehículos terrestres o dispositivos aéreos no tripulados en los sistemas de control. El proyecto plantea como caso de estudio una planta de energía solar. Sin embargo, los resultados podrán aplicarse a otros sistemas como el control del tráfico en ciudades y autopistas, la gestión energética de edificios, sistemas de riego y control de plagas en agricultura, etc. Los datos proporcionados por estos sensores permitirán crear nuevos modelos predictivos de gran utilidad para gestionar estas instalaciones. Se trata de un importante reto para mejorar estos sistemas de control que plantea un potencial salto cualitativo a nivel mundial.
El proyecto GRIFFIN, liderado por el profesor Aníbal Ollero, trata de superar las limitaciones de los robots manipuladores aéreos en lo que respecta al tiempo de vuelo y la seguridad en la interacción con las personas. Para ello se adopta un enfoque bioinspirado. Los robots aéreos que se desarrollarán serán capaces de planear, batir las alas, posarse de forma muy precisa y manipular con otras extremidades. Serán también similares a los griffin, o grifos en castellano, animales mitológicos mitad águila y mitad león.