Expertos andaluces patentan una posible solución a las balsas de fosfoyesos de Huelva

Investigadores de las universidades de Sevilla y Huelva están probando la utilidad de este nuevo material ecológico como dispensador de micronutrientes en cultivos. Además, otra ventaja de este producto biodegradable y de origen natural es su escaso impacto medioambiental.

Investigadores del Instituto de Ciencias Materiales del CSIC, la Universidad de Cádiz y la Universidad de Sevilla han desarrollado una patente con la que aportar una solución a las balsas de fosfoyesos que se acumulan en las marismas de Huelva como residuos de la industria de fertilizantes. La alternativa al soterramiento, que actualmente plantea la empresa que debe de recuperar la zona, consiste en un proceso químico sencillo con lo que se obtendrían dos productos comerciales, la calcita y el sulfato sódico, que además reduciría las emisiones de CO2 de las industrias del Polo Químico, con la consiguiente mejora del medio ambiente.

“Se trata de disolver ese fosfoyeso en una solución de sosa, que se precipitaría en su mayor parte en cal apagada y daría como líquido resultante una solución de sulfato de sodio. Tras la evaporación del disolvente, el resultado que quedaría es sulfato sódico anhidro. La cal apagada reacciona con el CO2 y da como resultado calcita o carbonato cálcico. Además, para reducir costes e impacto medioambiental y desarrollar una tecnología viable para sectores industriales de la zona, se ha incorporado el uso de sosa comercial y otros residuos de industrias muy próximas a las actuales balsas de fosfoyeso”, ha explicado uno de los creadores de la patente y catedrático de Física de la Universidad de Sevilla, Luis Esquivias.

La idea es pasar a través de una planta industrial “de un problema de contaminación a una solución de valor añadido que genere puestos de trabajo y riqueza por la comercialización de los productos resultantes en el ámbito de la construcción”, añade Esquivias.

En cuanto a los datos económicos del proyecto, Captura CO2 (que es la empresa que tiene la licencia de la patente) prevé que los 120 millones de toneladas de fosfoyeso que hay en las balsas podrían transformarse en casi 70 millones de toneladas de calcita y casi 100 de sulfato de sodio, con un valor comercial superior a los 8.000 millones de euros.

Los residuos de fosfoyesos ocupan en la actualidad más de 1.200 hectáreas de las marismas onubenses y, según los expertos, por su carga radioactiva podrían tener incluso posibles consecuencias sobre la salud de la población.

El objeto social de Captura CO2 es el diseño, la creación, el desarrollo, la producción y la comercialización de proyectos de investigación dentro de los campos de las aplicaciones práctica de la física, la química, la geología, la biología u otras ramas de la ciencia.

 

 

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