Las personas asistentes al acto tuvieron la oportunidad de disfrutar de la maestría, también en el cante, de un joven pero ya experimentado cantaor que, junto con su grupo de músicos, supo combinar palos como el fandango "abandolao", la media granaína, la milonga, los tangos o las marianas, entre otros, trayendo reminiscencias de un cante jondo antiguo, fusionado con sonidos nuevos, aportados por la percusión, el bajo o la flauta, en perfecta armonía con la guitarra flamenca.
Castillo, con su garganta potente y cálida, dejó en el aire notas que sirvieron de carta de presentación de su nuevo trabajo: "Duquelas del Alma", y de encuentro con compañeros, estudiantes y amigos que, como en esos cantes de ida y vuelta, volvieron para reencontrarse con la que es también su Facultad.