En colaboración con la AECC, la Universidad de Sevilla impulsa múltiples iniciativas que están reduciendo número de fumadores entre la comunidad universitaria
La Universidad de Sevilla ha declarado a seis nuevos centros universitarios como espacios libres de humo en su firme compromiso con la prevención del cáncer y la lucha contra el tabaco. A los espacios ya anunciados en 2023, se suman ahora las facultades de Matemáticas, Odontología, Química, la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (ETSIA), el Instituto de Idiomas y el Servicio de actividades Deportivas, SADUS. En total, la US dispone de 16 centros libres de humo.
Los nuevos espacios han sido anunciados en una jornada en la que la Universidad de Sevilla y la Asociación Española Contra el Cáncer han dado a conocer todos los logros alcanzados como fruto de la alianza entre las dos instituciones. La tendencia entre sus trabajadores está descendiendo y el porcentaje máximo del personal que no han tenido el tabaco como un factor de riesgo cardiovascular es actualmente del 91% (con cierta variabilidad). En la encuesta realizada entre universidades, el porcentaje de fumadores en la US fue del 11%.
La Universidad de Sevilla, en materia de tabaquismo y espacios libres de humo, ha impulsado múltiples acciones y actividades creadas para sensibilizar a toda la comunidad universitaria. Así, para el alumnado, la institución organiza cada año distintos cursos de promoción en la prevención del tabaquismo y capacitación en salud.
Por otro lado, desde el curso académico 2021/22 la US ofrece para el personal de administración y servicios y el personal docente e investigador diversos cursos para la prevención del cáncer de mama y factores cardiovasculares; metodologías para dejar la adicción al tabaco o la educación de la voz. En estas formaciones se analizan los riesgos del tabaco, las medidas preventivas y se informa de los recursos para dejar de fumar.
Como eje vertebrador para llevar a cabo las medidas se ha creado un grupo motor, integrado por especialistas en materia de salud pública, comunicación y del vicerrectorado de Servicios Sociales, Campus Saludable, Igualdad y Cooperación. Estas medidas se llevan a cabo en alianza con la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía a través del Plan Integral de Tabaquismo de Andalucía (PITA) y la Asociación Española Contra el Cáncer.
En el acto de presentación de las acciones ha participado la vicerrectora de Servicios Sociales, Campus Saludable, Igualdad y Cooperación de la Universidad de Sevilla, Ana López, que ha insistido en la importancia de la colaboración con la AECC y todos los centros de la US para reforzar los programas de prevención, vigilancia de la salud y formación frente al tabaquismo. De hecho, gracias a iniciativas como esta, el tabaco ha pasado de ser “el primer factor de riesgo entre los trabajadores al cuarto”.
Por su parte, el presidente provincial de la AECC de Sevilla, Jesús Maza, ha recalcado el valor que tiene "que las personas fumen menos", ya que “el sistema sanitario se ahorra mucho dinero y se puede dedicar a la investigación para curar otros tipos de cáncer y otras enfermedades”. El objetivo principal es que en el año 2030 haya un 70% de supervivencia en el cáncer y que “aparezca la primera generación que no conozca el tabaco ni los hábitos de fumar”.
En este encuentro también han estado presentes el delegado del CADUS, Alfonso Márquez; el representante de la US con la AECC, Manuel Orta; el decano de la Facultad de Ciencias de la Educación, Alfonso García; y Gabriel Domínguez, decano de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología, como representante del grupo motor.
En 2030, 1 de cada 2 hombres y 1 de cada 3 mujeres tendrá cáncer, es decir, 21,6 millones de personas de todo el mundo serán diagnosticadas de algún tipo de cáncer. Según el Observatorio del Cáncer de la AECC, en 2030, solo en España habría 330.000 nuevos casos, lo que supone un diagnóstico cada 1,8 minutos. Los nuevos casos van en aumento, mientras que el índice de supervivencia se ha estancado en los últimos años y está en torno al 51%, siendo en algunos tipos de cáncer mucho menor.
Además, el aumento de la tasa de incidencia del cáncer y de la supervivencia plantea otro gran reto para los próximos años: poner el foco sobre las necesidades no cubiertas tanto de pacientes como de supervivientes de cáncer. Dificultades como, por ejemplo, la reincorporación a la hora de retomar rutinas, la adaptación del puesto de trabajo debido a las secuelas…son aspectos críticos para las personas con cáncer. Y es que el cáncer es la enfermedad que lleva asociada una mayor prevalencia de pérdida de trabajo ya que, el riesgo de estar en desempleo aumenta un 34% en supervivientes de cáncer frente a la población general.
Por ello, desde la AECC y la Universidad de Sevilla se señala la importancia de la unión de todos los actores para aliviar o reducir el impacto que tiene el cáncer en la vida laboral de las personas diagnosticadas, sus familiares y las empresas.