La US reivindica el Siglo de las Luces en Sevilla con una exposición en el CICUS

CICUS presenta la exposición ‘Sevilla en el siglo de la Ilustración’, que rememora la importancia del siglo XVIII en la ciudad. La Universidad de Sevilla rescata los tesoros menos conocidos de su patrimonio histórico-artístico para narrar la historia cultural de la Ilustración.

El Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (CICUS) ofrece con ‘Sevilla en el Siglo de la Ilustración. Cultura, ciencia y arte en la ciudad del XVIII’ una mirada al paso por Sevilla del Siglo de la Razón. La exposición, que permanecerá abierta entre el 18 de mayo y el 23 de junio, es un viaje en el tiempo por ese siglo, tan desconocido en la historiografía sevillana. La muestra es además una reivindicación de los tesoros del patrimonio histórico-artístico de la Universidad de Sevilla, ya que se exhiben piezas que normalmente permanecen guardadas.

Entre los fondos expuestos destacan la puerta de un sagrario o una escultura de San Joaquín, Santa Ana y la Virgen Niña. De las 92 piezas que se presentan sólo 35 no pertenecen a la Universidad de Sevilla, en lo que supone una decidida apuesta por la política de difusión del patrimonio artístico de la institución universitaria. El resto de piezas proviene de una docena de instituciones, todas ellas sevillanas menos el Real Instituto y Observatorio de la Armada (San Fernando, Cádiz). Con ello se pretende dar valor al importante patrimonio que la ciudad alberga gracias a distintas entidades. Entre las que han cedido piezas para esta exposición figuran el Ayuntamiento de Sevilla, la Biblioteca Capitular y Colombina, la Escuela de Arte, la Fundación Focus, el Museo Naval Torre del Oro, el Museo Arqueológico, las Reales Academias de Medicina, de Buenas Letras y de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y el Teatro de la Maestranza y Salas del Arenal.

Con estas piezas se pretende ofrecer al visitante un recorrido por el siglo XVIII sevillano, un periodo que protagonizaron personajes como el asistente Olavide, el coleccionista de antigüedades Francisco de Bruna, el viajero y científico Antonio de Ulloa o el escritor Blanco White y la fabulosa segunda escuela poética de sevillana con Alberto Lista o Arjona. Un siglo en el que se pierde el monopolio del comercio con América con el traslado de la Casa de la Contratación a Cádiz en 1717. Pero la ciudad sigue siendo punto de partida de expediciones científicas, de reformas urbanísticas y educativas; alberga la corte con el traslado de Felipe V y su familia en el llamado Lustro Real; y se convierte en sede de las empresas nacionales de Tabacos, Artillería o la Sal.

Exposición ‘Sevilla en el siglo de la Ilustración’

La muestra se divide en distintas secciones que proponen una narración sobre lo que fue el siglo XVIII en Sevilla. En la primera parte se aborda la idea de gran metrópoli que sigue siendo Sevilla con la exposición del famoso plano de Olavide de 1771 que marca el futuro de la ciudad. Para seguir con la idea de poder a partir de la representación de la capital como escenario de la corte con la estancia en Sevilla de Felipe V -y la exhibición de retratos del monarca y de María Amalia de Sajonia- y las visitas de Fernando VI y de Carlos III. Y resaltar al gran personaje del siglo, el asistente Pablo de Olavide y su intento de reformas de la ciudad, desde la reforma universitaria hasta la urbanística, pasando por el mundo de las cofradías, ambiente con el que choca y que le obliga a desistir.

Entre las curiosidades de la muestra se podrá ver un libro en el que se detalla un caso de corrupción por contrabando de tabaco en el que estuvo implicado el responsable de la fábrica y en la que intervino como oidor de la Audiencia Francisco de Bruna.

La muestra continúa su paseo por el XVIII con un repaso a la vida cotidiana a través de la religión y la fiesta. Se exponen grabados de Tortolero, el gran cronista de la época con escenas del Corpus y de otros festejos, y también detalles como abanicos o trajes de época.

Un apartado especial es el dedicado a la Universidad de Sevilla, gran protagonista de este Siglo de las Luces en la ciudad, pues es entonces cuando pasa a ser Universitas Literaria Hispalensis por Real Cédula de Carlos III en 1768 y comienza a ocupar la antigua Casa Profesa de los Jesuitas (actual Facultad de Bellas Artes en la calle Laraña, y de la que resta la iglesia de La Anunciación), tras su expulsión de España en 1767.  En la muestra se podrán ver ejemplares de cómo era el juramento como doctorado o el protocolo para elegir a profesores.

El siguiente apartado de la muestra traslada al visitante a ultramar, a grandes viajes oceánicos, a astrolabios y cartas de marear. Destacan los comerciantes y militares como López Pintado, del que se muestra un retrato del Museo Naval de la Torre del Oro, o científicos como Antonio de Ulloa que junto a Jorge Juan protagoniza la gran expedición del meridiano. La Universidad saca a la luz los tesoros bibliográficos de estos marinos que guarda en sus fondos, como la carta esférica del globo terráqueo o elementos de navegación que proceden del Real Observatorio de Marina de San Fernando.

En el ámbito científico, la muestra recoge herbarios e ilustraciones anatómicas que pertenecen a la Real Academia de Medicina, la más antigua de España, creada en 1700 por Carlos II. Y singulares libros de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras o la Sociedad Patriótica de Sevilla. Se han rescatado de la Real Academia de Medicina tres láminas de anatomía francesas de finales del XVIII que muestran el sistema venoso, el óseo y una anatomía femenina frontal.

La siguiente sección está dedicada a las artes y el gusto del neoclasicismo que triunfa en el XVIII. En este apartado se muestran las obras sobre el nuevo canon del alemán Johann Joachin Winckelmann y la labor de las academias artísticas y de personajes como el pintor de cámara Antonio Rafael Mengs. En Sevilla sobresale la escuela de Tres Nobles Artes, donde se formaban los artistas en el nuevo canon artístico copiando las esculturas romanas a partir de vaciados en yeso o estampas.

Y para terminar la muestra repasa la arqueología clásica en la España ilustrada a través de la mirada de viajeros y estudiosos españoles y extranjeros, como Antonio Ponz y el padre Flórez y Zevallos o la inglesa Elisha Kirkal. Una figura protagonista de la exposición es Francisco de Bruna, oidor mayor de la Chancillería de Sevilla y teniente de alcaide de los Reales Alcázares, y su colección de antigüedades que además será protagonista de un congreso que tendrá lugar la próxima semana en el Alcázar.

 

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