Cuatro de los componentes del equipo cursan sus estudios este año, a los que se añaden otros tres egresados que participaron en la victoria en Golbey (Francia)
El éxito continental de los Sevilla Warriors en el European Quadball Championship D2 tiene ecos de las aulas de la Universidad de Sevilla. El cuadro sevillano ha obtenido el entorchado europeo con una contundente victoria por 160 a 90 sobre los Münster Marauders en la final celebrada en la localidad francesa de Golbey. Todo un logro para una escuadra que ha visto recompensado el alto nivel mostrado fuera de nuestras fronteras en el cierre del mes de abril. Por el camino se impusieron a rivales de Suiza, República Checa, Países Bajos, Alemania y Austria haciendo pleno de triunfos (ocho) para terminar alzándose con un título de renombre.
Parte de este magnífico resultado se ha cimentado en la US, que cuenta con una nutrida representación en la plantilla entre los 16 que se desplazaron al corazón de la cordillera de los Vosgos para disputar el torneo. Hasta cuatro de los miembros del equipo que se proclamó vencedor en tierras galas son alumnos de la Universidad de Sevilla en el presente curso: Irene Martín Bocanegra, Juan Diego Sánchez Mingorance, Isaac García-Gullón Murciano y Álvaro Esquivel Perales. Por su parte, María Cenizo Bonachea, Alejandro Huerga Cerro y Elena Fernández Contreras ya han terminado sus estudios en la institución educativa. Otros seis componentes del plantel (Rafael Martínez Gutiérrez, Ana Fabià Castillo, Isabel Suárez García, Ana Isabel Ledo Pérez, Belén Álvarez Caballero y Mario Lozano Cano) también compaginan su condición de estudiantes con el deporte, si bien no pudieron tomar parte en la competición en el país vecino por diversos motivos.
El quadball nace del quidditch, juego que apareció en las novelas de Harry Potter, el archiconocido personaje creado por J. K. Rowling. Hace poco más de un año se promovió el cambio de nombre del original que aparecía en los libros al actual, siendo quadball el elegido. Es un deporte que combina elementos del balonmano, balón prisionero y rugby, entre otras disciplinas. Por su condición de deporte mixto fomenta la inclusión y promueve el reconocimiento de la identidad de género. Sin ir más lejos, una de sus reglas obliga a los contendientes a no tener más de cuatro jugadores de idéntico sexo participando en el terreno de juego de forma simultánea. Su práctica se ha extendido por más de 40 países, todo un logro para una disciplina que desembarcó en España hace 11 años y que es regida a nivel continental por Quidditch Europe (QE), organizadora también del torneo en el que los sevillanos se ciñeron los laureles del triunfo.