Una tesis estudia los efectos que tiene la separación de la madre con cesárea y su recién nacido al no realizar contacto piel con piel
El doctor José Miguel Pérez ha obtenido la calificación de “Cum Laude” en la presentación de su tesis realizada con el título 'Cesárea Humanizada. Un Estudio Fenomenológico y Experimental del Contacto Piel con Piel'.
El recién nombrado doctor José Miguel Pérez ha presentado su tesis en la Universidad de Sevilla, dirigida por los doctores Cleofás Rodriguez (tutor) y Manuel Luque y de cuyo tribunal formaron parte los doctores Mª José Santi Cano (UCA), Pablo J. Lopez Soto (UCO), Pedro Hidalgo Lopezosa, Mª Dolores Guerra Martín (US) y Rocío de Diego Cordero (US).
Jose Miguel trabaja como supervisor de enfermería en la Unidad de Gestión Clínica de Anestesia y Reanimación del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, de manera más concreta en la Sala Despertar y en la Unidad de Cuidados Críticos Postquirúrgicos (URP). Ha participado en el diseño del Protocolo de Cuidados Postoperatorios y Contacto Piel con Piel tras cesárea, que será puesto en marcha en 2023, en este hospital.
El hito de esta investigación es la evidencia de que las mujeres con cesárea recuperan antes los niveles de hemoglobina plasmática al tercer día de hospitalización si realizan CPP (Contacto Piel con Piel), que además también ha mostrado eficacia en lo referido a la lactancia materna (al inicio y al mes de duración), la contracción uterina, el dolor, el nivel de satisfacción de las madre y el llanto del niño.
Se sabe que este contacto y la succión del pecho provocan un aumento de oxitocina y de las beta-endorfinas que favorece la contracción uterina y la eyección de calostro. Actualmente es una práctica habitual el acto de separar a la madre de su recién nacido después de una cesárea, por tanto, el CPP inmediato no se realiza. En las cesáreas hay una disminución de liberación de la hormona oxitocina, encargada entre otras funciones de la contracción uterina, por lo que se produce una contracción inadecuada de las células del miometrio y un retraso en la involución del útero. Esto influye de manera negativa en la recuperación de la madre ya que el riesgo de sangrado es mayor.
En los recién nacidos, se ha demostrado que existe relación entre la realización de esta técnica y la tasa de supervivencia. Sabemos que en los partos normales mueren más bebes prematuros / nacidos con bajo peso (<2,0 kg) si no hacen el CPP desde el nacimiento. Incluso en casos de COVID 19 la tendencia es clara, ya que separar a las madres de sus recién nacidos por esta enfermedad tiene efectos negativos.
Hay estudios sobre primates no humanos y mamíferos que utilizan paradigmas de separación materno infantil como un procedimiento estándar para inducir estrés severo. Muestran una desregulación inmediata de las funciones autonómicas y fisiológicas, y un impacto adverso en la neurobiología del estrés.
Se han encontrado cambios epigenéticos en los sistemas de regulación del estrés en el recién nacido a consecuencia de la separación de la madre tras el nacimiento. El hecho de interponerse al contacto en esta primera hora de vida puede intervenir con la regulación hormonal y el sistema neuroendocrinológico, ya que existe un proceso natural e innato el cual se está entorpeciendo, y puede tener efectos negativos sobre la creación de respuestas maternales que facilitan el vínculo seguro. Se relaciona con un aumento de la expresión de los genes que sintetizan ciertas moléculas y hormonas (cortisol, adrenalina…) producidas en el cerebro y glándula suprarrenal en ambos, de ahí que esta separación influya en la disminución de la probabilidad de beneficios fisiológicos y neurocomportamentales. Este retraso en el reconocimiento de la madre puede crear un vínculo débil con su hijo, que puede ser evitable con un ambiente de cariño y arropamiento, gracias al CPP.
Todos estos sucesos se engloban en un concepto llamado DOHaD (Developmental Origins of Health and Disease), el cual explica que eventos precoces en la vida pueden determinar distintas formas de comportamiento, mentales y biológicas a largo plazo, incluso favorecer el desarrollo de enfermedades.
Este trabajo tiene una metodología de corte cuanticualitativo, en el que la parte principal de análisis consistió en un Ensayo Clínico Aleatorizado (ECA), sin cegamiento. 40 mujeres realizaron el CPP en un espacio preparado para ello junto al acompañante que ellas eligieran y 40 siguieron su proceso habitual y se reunieron con su bebé tras permanecer unas horas en sala despertar. El otro brazo del estudio es desde una perspectiva cualitativa, fenomenológica, con entrevistas semiestructuradas a 40 profesionales sanitarios implicados en el circuito de cesárea. Identifica si es posible o no la realización de esta técnica desde el quirófano y que barreras y elementos facilitadores se presentan en el desarrollo de esta.